La escalada del precio de la luz en el mercado mayorista se está llevando y se llevará a muchas empresas y economías familiares por delante, pero seguramente nadie piense que las propias comercializadoras también están en quiebra.
Existen varias razones por las que las empresas de comercialización de energía están sufriendo más que el resto, y dentro de estas existe un nicho de ellas que todavía lo está pasando peor.
Nos referimos a las compañías de un tamaño medio o pequeño, las cuales no tienen acceso a grandes financiaciones y conforme a las normas del sector eléctrico se ven ahogadas y sin margen de maniobra.
En este artículo vamos a explicar las razones por las que las comercializadoras están en quiebra por la subida de precios de la luz.
Adelantar la compra un mes
Las comercializadoras de luz adelantan el primer mes la compra de la energía a todos sus clientes, dinero que recuperan luego una vez que facturan al cliente final.
Ahora como ya estaréis deduciendo, si el año pasado y los anteriores la comercializadora anticipaba una compra X para sus clientes multiplicada por un precio medio supongamos que de 55 euros. En este año esta compra X la está multiplicando por un precio 4 o 5 veces el del años anteriores.
Esto les obliga a disponer de una financiación o una caja 4 o 5 veces superior a la que ya tenía de normal, esto en cualquier empresa es insostenible.
Pongamos el ejemplo de una empresa que esté adelantando 1 millón de euros al mes y en un pequeño periodo de tiempo en lugar de tener que adelantar uno la cifra se convierte en 4 millones. La cara que se le queda al del banco cuando le pides 4 millones de financiación la podéis imaginar.
Garantías OMIE
Para que una comercializadora pueda operar en el sector, esto es comprar y vender energía en el mercado mayorista, debe depositar una serie de garantías en OMIE.
Estas garantías se calculan en base al tamaño de la compra que hagas y el precio que ofertes por esta, todo esto multiplicado por 11 días, así que contra más grande sea tu cartera y más suba el precio de la luz, más garantías deberás poner.
Este tipo de garantías puede depositarse en forma de dinero en efectivo, seguros de caucion o avales, podéis imaginar otra vez la cara del banquero cuando vayas a pedirle aparte de más dinero más avales. Avales y financiación que además conllevan un coste financiero nada despreciable.
Garantías MEFF
El mercado eléctrico es algo más complejo que otros, una de las razones es que el comercializador tiene que asegurarse comprar lo mejor posible, si se queda corto irá a desvíos y será penalizado.
Los desvíos finales no se saben hasta pasados 9 meses y para asegurarse que las comercializadoras pagarán ese desvío, se les obliga a depositar otras garantías, estás van en función del volumen y de lo bien que se haga la compra.
Con estos precios desbocados hay muchos días en los que todas o casi todas las comercializadoras, no han entrado en la compra de energía, ya sea por falta de garantías en OMIE o por que la subida de precios a sobrepasado su precio de oferta.
Es por esto que los siguientes meses veremos un aumento de estas garantías en muchas de las comercializadoras que están operando actualmente.
Morosidad
El aumento de los precios en la luz lleva consigo un aumento en la morosidad, las personas y las empresas no pueden hacer frente a un aumento tan elevado en sus facturas.
La morosidad en una factura de luz recae completamente en los hombros de la comercializadora, ya que esta debe comprar la energía obligatoriamente o irá a desvío. Además también pagará los atr y cargos a la distribuidora y los impuestos al gobierno.
Teniendo en cuenta que hay facturas que pueden ser de 1000, 5000, 10000 Euros, un solo impago puede llevarse por delante todo el beneficio de la comercializadora en un mes. Para paliar esta situación existen seguros de pago, los cuales tienen un coste.
Facturación distribuidoras
Y por si no fuera poco todo lo que hemos contado, con tanto cambio:
- 2021-06-01 – Cambio de peajes y se añaden los cargos.
- 2021-09-15 – Cambio de cargos e impuesto eléctrico.
Las distribuidoras en muchas ocasiones no han podido adaptar los sistemas tanto informáticos como de lectura (contadores) y se han visto en la imposibilidad de enviar las facturas bien a las comercializadoras.
Enviando en muchos casos facturas con consumos a 0 o consumos estimados, provocando así que el comercializador adelante el dinero pero al mes no reciba este adelante por parte del cliente final.